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Estamos aquí para ser felices, no para sufrir

Actualizado: 20 ago 2019

Les voy a contar una historia…había una vez chica que después de terminar una relación de muchos años con la persona con la que se había visualizado toda la vida, decidió enfocarse en el trabajo y en su familia…pero estaba muy equivocada, en el fondo no quería que el amor pasara a segundo plano, por lo que no se dio el tiempo de sanar esa relación y empezó a buscar el clavo que sacara el otro clavo y lo encontró…pero no fue el príncipe azul que pidió, al contrario, resultó ser un ogro disfrazado de príncipe. Las historias de amor siempre empiezan cuando el galán (sí, aunque esté feo, pero nosotras lo vemos como el más guapo), le tira por casualidad los libros a la dama o cuando se llevan muy mal y tienen que convivir y se terminan enamorando; pero muchas historias empiezan de manera inusual, ésta así empezó, una noche de fiesta, dos corazones rotos que se encontraron en el momento y lugar preciso, mucha plática, baile y conexión, por lo que no le tomó importancia ya que estaba "consciente" que era sólo por esa noche; de repente despertó dos meses después enamorada de esa persona, con una química increíble entre ellos, platican siempre de todo y nada e inevitablemente se empieza a crear una rutina que ambos disfrutaban.


Ella estaba consciente que los dos estaban saliendo de relaciones largas, el solo con unas semanas de haber terminado una relación, ella ya llevaba sola más tiempo, pero estaba buscando el clavo que sacara el otro clavo, ¿les suena?, aún sin planearlo, él le pidió que fuera su novia, no lo creía, estaba feliz, el chavo más guapo (aunque a sus amigas les pareciera todo lo contrario, pero siempre la apoyaron porque al principio él la trataba muy bien y se veía que neta la quería), con el que se llevaba increíble, con quien tenía una conexión inexplicable en todos los sentidos, le pedía que fuera su novia, ella claramente aceptó. Un mes después de que se hicieran novios, ella notó que él seguía hablando con su ex, incluso cuando salían a comer o a pasear él hacía mucha referencia a cosas que había vivido en su pasada relación y a ella no le gustaba mucho, eso empezó a generar cierta inseguridad, ya que pensaba que en cualquier momento él la dejaría, esos sentimientos los empezó a guardar, hasta que ella notó que todo se volvía más recurrente, mensajes, llamadas, conexiones y ella ya no lo toleraba, ella se dio cuenta que él no compartía fotos, no le había presentado formalmente a su familia, ni a sus amigos, siempre era la amiga y en conjunto a que no dejaba de hablar con la ex, esto hizo que los celos y la desconfianza afectaran la relación. Hubo muchas peleas y todas por la misma situación, ella quería ser todo para él en cuanto a una relación, él decía que no quería pasar por lo mismo que había vivido, un sinfín de incertidumbres y desconfianza.


Después de una pelea tras otra, ellos terminaron, pero es aquí donde la relación se empezó a tornar tóxica, en lugar de que ella decidiera ponerle fin a esa relación donde no era 100% correspondida, donde no le brindaban seguridad, donde despertaba cada mañana pensando que el la dejaría, donde en lugar de sentirse feliz, se sentía poca cosa, accedió a jugar un juego que la llevó al borde de la depresión. Él le dijo que ya no quería que fueran novios, que no quería una relación formal, lo que a ella le confundió mucho, pero con tal de no quedarse sola accedió a “andar” con él bajo sus condiciones, estaba claro que ella no podía celarlo (obviamente por los motivos correctos), no podría reclamarle nada, simplemente no podía exigir sus derechos, por que no eran nada...pero él sí, si podía enojarse, si podía celar, si podía reclamar y no era algo justo, poco a poco eso fue haciendo que ella se dejara de valorar, que su seguridad se cayera, ella lo quería tanto que lo toleraba todo porque pensaba que él se daría cuenta de la calidad de mujer que tenía al lado y no, jamás lo hizo, ya para que te des cuenta a dónde me dirijo con todo esto, al final el sexto sentido que ella tenía siempre le dijo la verdad, aunque él no la dejara, aunque pasaran juntos mucho tiempo, aunque salieran al cine, a cenar, él jamás la quiso para algo serio, el seguía hablando con la ex e incluso pensando en la posibilidad de regresar, eso la mató y aunque ella agarró fuerzas e intentó alejarse, le dio una última oportunidad de nuevo bajo sus mismas condiciones, ella tenía la esperanza muy en el fondo de que él cambiaría, que “abriría los ojos” y si lo hizo, pero no con ella…si no con alguien más. Eso era su mayor miedo que, aun tolerando su falta de amor y compromiso, él encontrara a otra persona y efectivamente, la encontró. Ella siempre lo supo, lo intuyó y lo encaró, él le respondió que no, que nada de lo que pensaba era cierto, que solo eran falsas suposiciones para seguirla teniendo como una vela encendida por cualquier cosa, a pesar de que el ya salía con esta nueva persona.


Ella se dio cuenta de que él jamás la iba a querer, por lo que decidió comenzar de nuevo, alejarse completamente, cortar toda comunicación, claro que no fue algo fácil, constantemente se preguntaba por qué no había funcionado, por qué jamás la quiso para algo serio y todas esas ideas que hieren, ella identificó estas sensaciones y empezó a pensar en ella, a amarse a si misma, a dedicarse tiempo, hacer cosas que le encantan, ir al gimnasio, viajar, escribir, quedarse todo el día en cama y saben, disfrutaba más, se sentía más tranquila y feliz por la maravillosa idea de salir al fin de ese círculo tóxico que al final no le aportó nada.


Muchas veces nos encasillamos en alguien que no es para nosotros, pensando que va a cambiar, que se va a dar cuenta de lo que valemos, cuando ellos son la principal causa de nuestra inseguridad, les damos mil oportunidades y jamás les decimos que no por miedo a perderlos, pero aquí está el gran error, cuando accedemos a todo “por amor” nos vamos alejando de nosotros mismos, caemos en una depresión intensa que no se nota a primera vista, pensando que esa infelicidad es el precio que debemos pagar hasta que ellos abran los ojos y se den cuenta y después todo va a ser felicidad y amor, ¿neta?


Debemos retirarnos a la primera, siempre a la primera, un hombre que es agresivo, que es intolerante, que es workaholic y sexaholic jamás cambiará, aunque encuentren a alguien que realmente valga la pena, siempre su instinto saldrá a la luz y terminará lastimando a las personas que lo quieren. Jamás permitamos que ninguna persona nos reste valor, no concedamos cosas que no queremos porque al final quién saldrá lastimado y traicionado seremos nosotros por crearnos expectativas que jamás se cumplirán, nos alejamos de las personas que nos quieren, enojados con la vida y pensando que cada "historia de amor" será así, desde la primera cosa que te cause ruido, da la vuelta y vete, no esperes que la gente cambie y mucho menos por ti…cuando la gente realmente quiere algo o a alguien mueve cielo, mar y tierra para hacerlo feliz, quien no, solo te hará perder el tiempo y la tranquilidad.


¡Estamos en este mundo para ser felices, no para sufrir!


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